La herencia de las propiedades es un elemento fundamental del orden social ya que garantiza la forma en que los bienes se transmiten de una generación a otra.
Además de los aspectos sociales y económicos, las herencias también tienen una elevada carga emocional. En ellas suelen confluir el duelo por la pérdida del padre o la madre con situaciones de rivalidad fraterna. En lugar de padres y hermanos, pueden estar involucradas otras figuras familiares o de amistades.
¿Por qué papá o mamá te dejó a ti y no a mí el apartamento en la playa o su cuadro favorito? Con frecuencia, las disputas económicas enmascaran conflictos relacionales asociados a la dinámica familiar. Los repartos pueden «delatar» diferencias de género, entre el primogénito y sus hermanos, hijos de diferentes parejas o, simplemente, hijos preferidos o hijos relegados.
Las herencias representan una magnífica oportunidad para que se manifiesten viejos conflictos que se habían mantenido más o menos silenciados.
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