Miedo y esperanza
Nos encontramos en una situación que puede parecer una película futurista y, sin embargo, es real.
Empezamos tomándonos el coronavirus con cierto sentido del humor y, poco a poco, nos hemos ido asustando. Ya nos reímos menos. Las medidas para contener la epidemia en parte tranquilizan pero también contribuyen a alimentar una espiral de temor.
El miedo me da miedo, especialmente, cuando se convierte en una emoción compartida y adquiere una escala grupal y social. Debemos escuchar el corazón pero no conviene que sean las emociones las que nos controlen.
Una crisis es una oportunidad de cambio. Éste puede ser un buen momento para reencontrarnos con las personas queridas, ponernos al día en las nuevas tecnologías y tomarnos el tiempo necesario para soñar proyectos que quizás podamos realizar en el futuro.
Fear and hope
We find ourselves in a situation that might look like a futuristic movie however it is real.
At first we looked at the coronavirus with humour but little by little we got scared. We do not laugh that much anymore. The measures to content the epidemic to some extent clam us down but they also contributed to feed a fear spiral.
I am scared of fear, specially, when it becomes a shared emotion that gets a group and social scale. We shoud listen to the heart but it is not convenient that the emotions control us.
A crisis is a change opportunity. This could be a good moment to get in touch with our love one, catch up with new technologies and take the necessary time to dream of projects that might come true in the future.
Rivendel Grupos y Organzaciones
4 comentarios
El miedo nos da miedo, realmente, lo duro es pensar que este miedo se niegue y se salga a la calle haciendo como si nada pasara (dando la mano, besando), o paralizado en casa, sin poder hacer nada. Creo que vivimos este momento, como «un sueño» que parece una pesadilla, que al despertar acabó… Pero no es así, nos pellizcamos y estamos viviendo una cruda realidad. Tal vez los mayores, o aquellos los que vivieron diversas guerras pasadas (segunda guerra, civil en España), o actuales con crisis internas de países, con persecuciones, lo que vivimos (encierro, escasez, abuso en los precios) sea parecido a lo ya vivido. En todo este caso, en el caldo de esta sensación, hay algo que me parece interesante, ver la solidaridad adormecida despertando e iniciativas de ayuda al que precisa de alimento, encuentros virtuales, de juegos enviados para los chicos encerrados en casa. Y, tal vez lo mejor, papas y mamas volviendo a jugar con sus hijos, ya que la vida actual los sacaba de circulación, dejando a los niños tercerizados, en academias, gimnasias, judos…. Ayer pase por una calle pequeña, donde vi como en mi tiempo chicos jugando en la calle.
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2529477150599224&id=100006108903888
Hola Maria Antonieta,
Efectivamente, vivimos una situación muy novedosa. Al leer tu comentario me ha surgido la idea de que el confinamiento facilita el uso de nuevas tecnologías y a la vez contribuye a recupera formas de relacionarse que parecían olvidadas.
Siento contestarte con retraso, todavía no estoy muy familiarizado con el uso del blog.
Un abrazo
Hola Paqui,
Siento contestarte tarde, no estoy familiarizado con esto del blog. Estoy intentando abrir tu comentario pero no lo consigo. Por favor, ¿me lo podrías mandar de otra forma?
Un abrazo