Resulta apasionante observar la cultura de cualquier organización a través de las pistas que nos dan todos los elementos que es posible percibir a través de los sentidos y que Edgar Schein, uno de los autores de referencia en el ámbito de la cultura organizacional, denominó artefactos. De alguna manera se podría decir que constituyen la comunicación no verbal de la entidad.
El mobiliario, la decoración de las oficinas, la distribución de los espacios de trabajo, el tipo de ropa que llevan los/as trabajadores/as, el logotipo, la puntualidad, los carteles, el nivel de ruido, la iluminación, el lenguaje que se emplea, los ritos y héroes, etc. ofrecen una información más valiosa que el impecable discurso institucional que puede ser verbalizado por un/ directivo/a o impreso en una memoria institucional.
De este modo a menudo nos encontramos con entidades que pese a expresar su preocupación por fomentar un clima laboral saludable, a la hora de establecer su sistema de incentivos optan por primar la rivalidad y el individualismo.
Por todo ello, cuando se entra en contacto con una entidad, resulta de gran utilidad estar atento/a este tipo de señales. En ese sentido una entrevista de trabajo puede suministrar mucha información sobre el funcionamiento de una empresa. Cuestiones como la puntualidad, las características de la sala, el trato recibido (tono empleado, tipo de preguntas, etc.), el tiempo que dura el proceso de selección o el número de citas, ofrecen una interesante aproximación sobre cómo se enfocan las relaciones con sus trabajadores.
Rivendel Grupos y Organizaciones