Habitualmente al hablar de “Altas capacidades” solemos asociar su significado con la inteligencia, y a su vez ésta la conectamos con la destreza a la hora de aprender, razonar y tomar decisiones.
Este planteamiento suele estar muy presente en el ámbito escolar, principalmente en aquellos centros en los que se constituyen grupos compuestos exclusivamente por alumnos que destacan en materias como las matemáticas o el lenguaje, que acostumbran a ser considerados como los “listos o inteligentes”, dejando al resto de compañeros en un rol digamos de “normalidad” (en el mejor de los casos).
Howard Gadner, psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard, propone otra forma de entender las “Altas capacidades”, definiendo hasta ocho inteligencias distintas (la lógico-matemática, la lingüística, la musical, la espacial, la corporal, la intrapersonal, la interpersonal y la naturalista). Para él, una persona que por ejemplo es muy hábil relacionándose con los demás, también se tendría que considerar muy inteligente. De este modo, el enfoque cambia totalmente, ya que en lugar de haber un grupo de “inteligentes o listos”, más bien se trata de ayudar al individuo a detectar aquella inteligencia (o inteligencias) en la que despunta y ofrecerle los medios para que pueda desarrollarla.
Algo parecido sucede en los equipos de trabajo. Habitualmente se valoran una serie de cualidades sin prestar demasiada importancia a otras, o se etiquetan unas funciones como interesantes y otras como aburridas. Pero la realidad es mucho más compleja. Alguien que, por ejemplo, muestra una gran facilidad para relacionarse puede resultar muy útil tanto a nivel interno (promoviendo la creación de un clima laboral saludable) como también externo (creando sinergias con profesionales pertenecientes a otros equipos, captando clientes, etc.). O la tarea puramente administrativa puede resultar insoportable para una persona y en cambio a otra parecerle muy satisfactoria.
Por todo ello, más que circunscribir la idea de “Altas capacidades” a un grupo selecto de individuos, resulta más adecuado entender que todo el mundo sobresale en algo y que la clave para que un equipo de trabajo funcione, en buena parte radica en ajustar las tareas a las “capacidades” de los miembros que lo conforman.
Rivendel Grupos y Organizaciones