Llega un nuevo trabajador a la oficina. ¿Será agradable o desagradable? Alguien que me va a ayudar o me va a hacer la vida difícil. Quizás sea muy brillante y termine siendo el elegido para promocionar mientras yo no soy capaz de ascender. A lo mejor junto a esa persona aprendo y me ayude a crecer profesionalmente.
En las relaciones de la vida personal, los amigos, familiares, pareja, se repite este modelo de dudas y ambivalencia entre los elementos de rivalidad y de colaboración. ¿Mi pareja me ayuda a crecer o me obstaculiza mi desarrollo personal?
Cuando la relación se centra en la rivalidad el sentimiento rey es la envidia. El deseo de destruir lo que veo en el otro que me falta a mi para no ver mis limitaciones. La historia de la madrastra de Blancanieves.
El antídoto de la relación destructiva centrada en la envidia es la admiración. La capacidad para apreciar lo que el otro tiene y a mí me falta. Sabiendo que me puedo beneficiar de una relación en la que se comparten los recursos. Frodo y Sam destruyen el anillo del mal en la novela “El señor de los anillos” gracias a su relación de colaboración.
En todas las relaciones hay una parte constructiva y otra destructiva, una dosis de envidia y otra de admiración. A veces, puede resultar muy conveniente ser muy consciente de esta dualidad para inclinar la relación hacia el lado de la creatividad y el crecimiento.
Rivendel Grupos y Organizaciones