Esta pregunta nos la deberíamos de hacer todos/as alguna vez, pues nuestra motivación, en buena parte, depende de ello.
Una persona a la que le gusta lo que hace, es fácil que se encuentre a gusto en su puesto de trabajo y que por tanto llegue cada mañana con ganas de llevar a cabo a su tarea.
Por el contrario, si se detesta lo que se está haciendo, por mucho que la organización se esfuerce en motivar a sus trabajadores, resultará muy difícil lograrlo.
Es cierto que existen factores como el clima laboral, la política de remuneraciones, el sistema de incentivos, etc. que también son importantes (en el artículo https://rivendelsl.com/blog-rivendel/los-limites-del-palo-y-la-zanahoria-en-la-direccion-de-equipos/ hablamos de ello con mayor profundidad), pero como no te guste lo que estés haciendo …
Por este motivo a la hora de asignar funciones en un equipo de trabajo, es importante intentar que todo el mundo esté satisfecho con sus tareas. Esto no acostumbra a ser nada fácil, pero merece la pena invertir tiempo y esfuerzo en ello.
Para ello, resulta clave hablar con el grupo, escuchar qué preferencias tiene cada uno/a. A partir de ahí se puede abrir un espacio de negociación en el que es posible plantear aspectos tan interesantes como por ejemplo son la rotación de aquellas tareas que cuentan con mayor demanda, o el intercambio de funciones entre compañeros/as (yo asumo ésta a cambio de no hacer otra, etc.).
La mayor parte de las veces no será posible cuadrarlo todo de forma perfecta, pero si “simplemente” se consigue que el equipo pueda dialogar sobre algo tan importante como es lo que cada uno/a hace en el trabajo, y se alcancen algunos acuerdos, sin lugar a duda supondrá un avance para todos/as.
Por otro lado, con este tipo de acciones la persona que lidera el grupo muestra un cuidado y un respeto hacia el mismo, que de una forma u otra contribuirá a un mayor entendimiento con sus colaboradores/as y aunque inicialmente se pueda pensar lo contrario, su autoridad también se verá fortalecida.
Hace tiempo me dijeron que no hay peor maldición que se te dé muy bien algo que odias hacer, por eso me parece tan importante preguntarse: ¿disfrutas de tu trabajo?
Rivendel Grupos y Organizaciones